Las calicatas son excavaciones en el suelo que permiten observar directamente el perfil, la estructura, la humedad y el desarrollo radicular de los cultivos. En cerezos, son una herramienta fundamental para el diagnóstico y la toma de decisiones agronómicas.
¿Por qué hacer calicatas en cerezos?
- Evaluar el desarrollo de raíces: Permite identificar la profundidad y distribución de las raíces, zonas compactadas o problemas de asfixia.
- Diagnóstico de humedad: Se observa la infiltración y retención de agua en diferentes estratos, ayudando a ajustar el riego.
- Identificar capas compactadas: Las capas endurecidas limitan el crecimiento radicular y la absorción de agua y nutrientes.
- Revisión de fertilización: Se pueden ver restos de fertilizantes, sales o síntomas de toxicidad en el perfil.
¿Cómo realizar una calicata?
- Selecciona el lugar: Elige zonas representativas del huerto (sectores con buen y mal desarrollo, cerca y lejos de emisores de riego).
- Excava: Haz un pozo de al menos 60-100 cm de profundidad y 40-50 cm de ancho, cuidando no dañar excesivamente las raíces.
- Observa y registra:
- Estructura y color del suelo por capas
- Presencia y estado de raíces
- Humedad y textura en cada estrato
- Olores, presencia de sales o compactación
- Toma fotografías y notas: Documenta todo para comparar en futuras evaluaciones.
¿Cuándo hacer calicatas?
- Al inicio de la temporada para planificar el riego y la fertilización.
- Después de eventos climáticos extremos (lluvias intensas, sequía).
- Ante síntomas de estrés en los árboles o baja producción.
Beneficios para el manejo del huerto
- Optimización del riego: Permite ajustar la frecuencia y cantidad de agua según la profundidad efectiva de raíces y la capacidad de retención del suelo.
- Mejor toma de decisiones: Facilita la identificación de problemas ocultos bajo la superficie.
- Prevención de enfermedades: Detecta zonas con exceso de humedad o mal drenaje, que favorecen patógenos.
Conclusión
Realizar calicatas periódicamente en cerezos es una práctica sencilla y de gran valor para el manejo eficiente del suelo y el riego. Observar lo que ocurre bajo tierra es clave para lograr huertos más productivos y sostenibles.